Nombre: Adriana Martínez Viscarra
Ciudad de Nacimiento: Jujuy – Argentina
Estudio de Arquitectura: Objeto- Interior Design
Nombres de sus hijos y edad: Santiago (14 años) y Valentina (7 años)

1.¿Cómo equilibras tu carrera en la arquitectura con la crianza de tus hijos?

Ser madre es lo más maravilloso que me ha dado la vida y encuentro que mi labor profesional se entrelaza naturalmente con mi vida personal. Mis hijos son una gran fuente de inspiración y motivación. Esta dualidad me ha enseñado a adaptarme a los constantes cambios y desafíos con flexibilidad. Aprecio profundamente cada proyecto en el que trabajo y busco siempre darle un toque único y personal en cada uno. Sin embargo, priorizo el tiempo con mis hijos, quienes requieren de mi atención y cuidado. He encontrado un equilibrio delegando tareas técnicas a mi equipo, mientras me concentro en la fase de diseño y en el tiempo con mis hijos. Creo firmemente que un enfoque bien definido en el diseño no solo contribuye al éxito del proyecto, sino que también facilita una gestión más eficiente del tiempo, lo cual es fundamental para cumplir con mis compromisos familiares y profesionales.

2.¿Qué lecciones has aprendido como madre que aplicas en tu trabajo como arquitecta?
Una lección que aprendí en mi rol de madre, y que aplico continuamente en mi profesión, emergió mientras ayudaba a mis hijos a transitar por momentos difíciles. Desde pequeños, les enseñaba a enfrentar obstáculos con una mentalidad orientada hacia las soluciones. Les recordaba frecuentemente que «todo tiene solución», una máxima que transformaba su enfoque de los problemas hacia la exploración de posibles soluciones. Este enfoque no solo los tranquilizaba, sino que también los motivaba a explorar alternativas creativas para superar sus desafíos. Esta filosofía sigue siendo efectiva hasta el día de hoy. He adoptado esta misma filosofía en mi trabajo. Es raro que un proyecto transcurra sin imprevistos o se desarrolle exactamente según el plan inicial. Siempre mantengo una mentalidad abierta y optimista, viendo cada contratiempo como una oportunidad para hallar la mejor solución posible, permitiendo ajustes durante la ejecución sin comprometer la integridad del diseño original. Cada proyecto es un desafío único, como una hoja en blanco llena de posibilidades infinitas. A lo largo del proceso, desde la planificación hasta la ejecución, gradualmente descartamos opciones y perfeccionamos el diseño hasta alcanzar la solución óptima. Esta estrategia no solo ha enriquecido mi práctica profesional, sino que también ha fortalecido mi capacidad de innovar y adaptarme a diversas circunstancias.

3. ¿Cuál es el mayor desafío que enfrentas al ser madre y arquitecta, y como lo superas?
El mayor desafío que enfrento es lograr un equilibrio entre dedicar tiempo a mi profesión y estar presente en la vida de mis hijos. Muchos proyectos demandan una considerable inversión de tiempo y un desgaste físico y mental. Sin embargo, me esfuerzo por estar siempre disponible para mis hijos, desde llevarlos y recogerlos de sus actividades hasta asegurarme de participar activamente en su día a día. Superar este desafío implica una planificación cuidadosa y la capacidad de ser flexible con mis horarios. Además, he aprendido a delegar tareas cuando es necesario, permitiéndome priorizar momentos importantes con mi familia sin sacrificar la calidad de mi trabajo.